" Las tres grandes incógnitas del conocimiento son el origen del universo, el origen de la vida y la mente humana"






lunes, 30 de enero de 2012

Logran Convertir Células de Líquido Amniótico en Células Madre Pluripotentes

Muchas esperanzas están puestas en las células madre. Algún día podrían utilizarse para tratar numerosas enfermedades. Hasta la fecha, los embriones son la principal fuente de estas células, pero esto acarrea ciertos problemas éticos. Un equipo de científicos del Instituto Max Planck de Genética Molecular de Berlín ha logrado convertir células de líquido amniótico en células madre pluripotentes. Estas células iPS (células madre pluripotentes inducidas), derivadas del líquido amniótico, son casi indistinguibles de las células madre procedentes de embriones; sin embargo "recuerdan" su origen.

Foto: Max Planck Institute for Molecular Genetics

Las habilidades especiales de las células madre embrionarias pueden ser utilizadas actualmente en múltiples células "adultas" (por ejemplo, las células de la piel y del pelo). Esto se hace con la reprogramación de las células y su conversión en células madre pluripotentes inducidas (células iPS). Éstas pasan a adoptar las propiedades típicas de las células madre embrionarias, lo que significa que pueden generar cualquiera de los tipos de células del cuerpo humano (pluripotencia), y pueden multiplicarse indefinidamente.

Los científicos han demostrado que las células iPS del líquido amniótico pueden formar diferentes tipos de células humanas.

También han descubierto que las células madre pluripotentes inducidas pueden recordar el tipo de célula original del que fueron generadas.

Durante la reprogramación celular, varios genes que controlan el desarrollo de las células madre se ponen aparentemente en funcionamiento o se mantienen activos. Esto confirma otros resultados, que muestran que las células iPS derivadas de tejidos distintos son propensas a seguir su camino de desarrollo predestinado en relación con la diferenciación espontánea.

No obstante, tal como advierte Katharina Wolfrum del Instituto Max Planck para la Genética Molecular, aún no está claro si este recuerdo acerca de la clase de células donantes tendrá efectos sobre los posibles tratamientos médicos mediante células iPS.


domingo, 29 de enero de 2012

El gen que podría acabar con el hambre en el mundo

Un equipo de científicos británicos y franceses ha identificado el «gen de la nutrición», encargado de transferir nutrientes de las plantas a las semillas. El hallazgo, publicado en la revista Current Biology, podría ayudar a aumentar la producción mundial de alimentos. 

El gen se denomina Meg1 y regula la cantidad adecuada de nutrientes que debe fluir desde la progenitora de la planta del maíz hacia las semillas. A diferencia de la mayoría de los genes, que se expresan tanto en los cromosomas maternos como paternos, este solo se expresa en los primeros. Este tipo poco común de expresión uniparental, denominado impronta, no es exclusivo de los vegetales, ya que también se produce en algunos genes humanos que regulan el desarrollo placentario con el fin de controlar el aporte de nutrientes durante el crecimiento del feto. 

jueves, 26 de enero de 2012

Células madre contra la impotencia.

Científicos estadounidenses han conseguido recuperar la capacidad eréctil del pene en ratas empleando células madre adultas del intestino. El avance augura un nuevo método para la reconstrucción del pene en humanos.

La técnica mejora el flujo sanguíneo y la producción de moléculas como el óxido nítrico que logran y mantienen una erección, lo que mejora la vida sexual de los pacientes frente a otros injertos. Además, los investigadores han observado un aumento en la circunferencia media del pene, tanto en estado flácido como erecto.

martes, 24 de enero de 2012

Células madre embrionarias para tratar la ceguera

Una empresa de EEUU logra resultados prometedores con dos pacientes invidentes


La compañía estadounidense Advanced Cell Technology ha realizado el primer ensayo en humanos del empleo de células madre embrionarias para tratar enfermedades oculares. La técnica se utilizó en dos pacientes que habían recibido implantes de retina y los resultados preliminares, cuatro meses después de la intervención, parecen demostrar que el método es seguro. El avance se ha publicado en la revista médica The Lancet.

El objetivo de este primer ensayo en humanos era averiguar si es seguro este tratamiento, que emplea células inmaduras sanas procedentes de un embrión humano, que son manipuladas para que crezcan como las células que cubren la retina en el ojo.

Los expertos esperan que, inyectadas en el ojo enfermo, estas células sean capaces de restablecer la visión en personas que sufren dolencias incurables, como la enfermedad de Stargardt, una de las principales causas de ceguera en jóvenes.

En este estudio participó una paciente de unos 70 años, con degeneración macular asociada a la edad, principal causa de ceguera en el mundo desarrollado, y otra mujer de unos 50 años con enfermedad de Stargardt. Ambas tenían una visión muy limitada y estaban certificadas como ciegas.

Cada paciente recibió una inyección con 50.000 células epiteliales pigmentarias de retina en uno de sus ojos enfermos. Tras la cirugía, evidencias estructurales confirmaron que las células se habían adherido a la membrana del ojo, como se esperaba, y seguían vivas a la semana 16 del estudio. Además, el proceso resultó seguro, no causando ninguna señal de rechazo o crecimiento celular anormal.

Aunque el objetivo de este estudio no era averiguar si el procedimiento funciona, los resultados sugieren que la visión de las pacientes mejoró ligeramente, según los investigadores. No obstante, reconocen que aún es demasiado pronto para enunciar ninguna conclusión firme y que será necesario investigar durante muchos años más para confirmar que el tratamiento es seguro y efectivo.

lunes, 23 de enero de 2012

Bacterias transgénicas para producir biocombustible de las algas marinas

- Las cosechas marinas no requieren fertilizantes, ni agua dulce para el riego, ni terreno cultivable

- No compiten con la producción de alimentos básicos

Las algas pardas contienen azúcares que pueden ser convertidos en biocombustible. / BIO ARCHITECTURE LAB

Sin necesidad de terreno cultivable, ni fertilizantes, ni agua dulce para regar, sin suponer competencia con las cosechas de alimentos básicos, las algas pardas podrían ser una materia prima muy atractiva para producir biocombustibles. Pero hay un problema: la ausencia de microrganismos idóneos que se encarguen de la fermentación de los azúcares de las algas. La solución que han encontrado unos investigadores en EE UU para solventar esta pega reside en la ingeniería genética: si no hay microrganismos naturales que hagan bien ese trabajo se generan a medida, en laboratorio. Ellos explican en la revista Science cómo han modificado unas bacterias (Escherichia coli) para que sean capaces de metabolizar el laginato, azúcar esencial de las algas, y producir directamente bioetanol.

“El volátil coste de la energía y la presión para conservar los recursos de combustibles fósiles han disparado los esfuerzos para producir biocombustibles y compuestos químicos vía la fermentación microbiana de biomasa”, recuerdan Adam J.Wargacki (Laboratorio de Bioarquitectura, en Berkeley, California) y sus colegas en Science. “Actualmente, el maíz y la caña de azúcar son las cosechas industriales fundamentales, pero el dilema alimento frente a combustible puede acabar excluyendo su utilización a largo plazo”.

Estos investigadores han puesto su punto de mira en las algas. Es cierto que se utilizan ya en el consumo humano, pero no como alimentación básica, señalan. También se usan como alimento de animales, como fertilizantes agrícolas y en algunas industrias químicas. En el mundo, añaden, se recogen para estos fines unos 25 millones de toneladas métricas cada año. Pero las algas pardas tienen propiedades también muy interesantes para producir biocombustibles porque, al no contener lignina (como las plantas leñosas), los azúcares se pueden extraer mediante procesos sencillos, aplastándolas. Un estudio del Departamento de Energía estadounidense afirma que la productividad de las algas para hacer etanol podría ser el doble que la de la caña de azúcar y cinco veces superior a la del maíz.


“En torno al 60% de la biomasa seca de las algas son carbohidratos fermentables y aproximadamente la mitad de ellos son alginato”, explica Daniel Trunfio, jefe del Laboratorio de Bioarquitectura. Pero el alginato, que los microrganismos naturales son incapaces de metabolizar eficazmente, era hasta ahora precisamente el problema. “Nuestros científicos”, continúa Trunfío en un comunicado del laboratorio, “han logrado una enzima capaz de degradar ese alginato y una vía de metabolización del mismo, lo que nos permite utilizar la mayor parte de los azúcares de las algas, haciendo así que su biomasa sea una fuente rentable para la producción de combustible renovable y de compuestos químicos”.

Wargacki y sus colegas han introducido por ingeniería genética una secuencia específica de ADN en las bacterias E.coli para que estas produzcan una enzima que puede metabolizar esos azúcares recalcitrantes de las algas y la fermentación produce el deseado etanol. Los experimentos en laboratorio demuestran la viabilidad del proceso, explican, y los investigadores consideran que si se puede llevar a escala industrial, las algas contribuirán notablemente a la producción de biocombustibles.

domingo, 15 de enero de 2012

¿Tus genes deciden lo que compras?

Según un estudio de la Universidad de Stanford y la Universidad de Florida, sí. Examinando las decisiones que toman los consumidores con parejas de gemelos idénticos, Itamar Simonson y sus colegas demostraron que hay preferencias que vienen dictadas por la genética y no son meramente culturales. Concretamente, de acuerdo con Simonson se heredan principalmente: la preferencia por las cosas útiles y necesarias (por ejemplo, pilas) frente a los “caprichos" (como el chocolate), la preferencia por lo seguro por encima del riesgo, y los gustos por productos como la mostaza, los coches, las películas de ciencia ficción, el chocolate y el jazz. Las conclusiones se daban a conocer en la revista Journal of Consumer Research.




Fuente: muyinteresante.es

viernes, 13 de enero de 2012

Biotecnología y medicina

Más cerca de poder frenar el Alzheimer

Un equipo de investigadores, liderado por el Dr. Dave R. Schubert, del Instituto Salk de Estados Unidos, junto con el Instituto de Investigación Scripps, ha encontrado un nuevo compuesto químico, J147, que podría ser utilizado en un futuro en el tratamiento del Alzheimer, dados los resultados prometedores obtenidos hasta ahora en ratones, según lo publicado en la revista PLoS ONE.
El Alzheimer, cuyos síntomas fueron descritos por Emil Kraepelin a principios del siglo XX, es un síndrome caracterizado por Alois Alzheimer en 1906, y en el que destacan la pérdida progresiva de memoria y otras capacidades mentales, al mismo tiempo que las neuronas mueren y diferentes partes del cerebro se van atrofiando lentamente. Las causas de esta enfermedad no han sido dilucidadas todavía, se cree que se debe a una mezcla de complejos factores genéticos y medioambientales, en los que podría afectar también el estilo de vida de cada individuo.
En Estados Unidos, esta enfermedad afecta a más de cinco millones de personas, aunque la Asociación americana de Alzheimer estima que en 2050, habrá más de dieciséis millones de individuos con este síndrome. Los gastos en el sistema sanitario norteamericano ascienden a más de un trillón de dólares por año.
Tradicionalmente, la industria farmacéutica se había centrado en la búsqueda de fármacos relacionados con las rutas biológicas de formación de placas seniles (depósitos de la proteína B-amiloide), para el tratamiento de esta enfermedad. Gracias a esas investigaciones, hoy existen fármacos como Aricept, Razadyne o Exelon.
Schubert y sus colaboradores trabajaron a partir de cultivos celulares para examinar la capacidad de diversos compuestos sintéticos en la protección de células neuronales frente a diversos daños ocasionados por el envejecimientos. Gracias a sus investigaciones, consiguieron llegar a un compuesto candidato, efectivo originalmente frente a daños celulares causados por traumatismos, pero que dada su estructura química, podría resultar más interesante para el tratamiento de otras enfermedades a nivel neuronal.
Por este motivo, decidieron seguir trabajando en los estudios preclínicos de este compuesto, administrándolo vía oral a ratones y ratas. Por una parte, en animales sanos, el compuesto parecía mejorar la memoria, tras la realización de una serie de exámenes de comportamiento. Por otra, al administrar el fármaco en animales con Alzheimer, se estimulaba la formación de factor neurotrófico derivado de cerebro (o "BDNF" por sus siglas en inglés). Esta molécula protege a las neuronas de posibles efectos tóxicos, además estimula el crecimiento y formación de nuevas conexiones sinápticas, favoreciendo la mejora de la memoria.
Debido a los resultados prometedores en preclínica, los investigadores afirman que podría ser un buen compuesto candidato para el tratamiento no sólo de Alzheimer, sino también de otros desórdenes, como el síndrome de Huntington, el Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica. Aún queda mucho tiempo para que este compuesto pudiera ser utilizado de forma terapéutica, pero sin duda, esta investigación abre un nuevo camino en el tratamiento farmacológico de este tipo de enfermedades.

miércoles, 11 de enero de 2012

¿PARA QUÉ SIRVE EL USO DE LOS TRANSGÉNICOS?


Se llaman "transgénicos" los organismos —animales o vegetales— que, al generarse, reciben un gen ajeno a su especie, y que al crecer disponen de características específicas, a gusto del productor o de su fabricante. Así, por ejemplo, esos genes añadidos hacen que la productividad de un cultivo aumente (como ocurrió con la soja en la Argentina), que tenga más resistencia a insectos o a herbicidas. Incluso, ya se han diseñado cultivos que pueden subsistir mejor en época de sequía.

Estos cultivos transgénicos son usados luego como materia prima para elaborar alimentos. También el uso de las nuevas técnicas de la ingeniería genética se viene aplicando en especies animales, para que produzcan, por ejemplo, proteínas medicinales.

Esta semana, investigadores de Gran Bretaña crearon,por primera vez, ratas dotadas de un gen humano que les permite mantenerse flacas a pesar de recibir abundante ali
mentación, unexperimento que constituye un avance en contra de la obesidad.

Los cerdos también están en la mira. Desde hace décadas se está trabajando en lograr cerdos transgénicos para hacer que sus órganos puedan ser usados en humanos que necesiten trasplantes sin qu
e transmitan virus del animal.

Otro animal transgénico famoso fue Dolly, la oveja alterada genéticamente por partida doble: no sólo nació en 1997 por clonación sino que sus células contienen un gen capaz de producir una proteína humana, indispensable para la cura de ciertas enfermedades.


Los organismos transgénicos prosperan en el mundo, buscándose con ello distintos obje
tivos. Por ejemplo, el maíz transgénico presenta ventajas para la compañía multinacional que vende sus semillas y también para el agricultor que elude el uso de insecticidas y obtiene una mayor productividad. También hay papas transgénicas que inmunizan contra el cólera o diarreas bacterianas, y un arroz transgénico que contiene una determinada vitamina para evitar la ceguera que afecta a habitantes asiáticos.

Los científicos dicen que desde más de 6.000 años atrás, el hombre viene realizando manipulaciones genéticas a través de la agricultura y la ganadería, al realizar entrecruzamientos de genes. Pero que ahora, desde el siglo XX, se hacen más refina
das, ya que la ingeniería genética permite transferir un gen específico a un organismo.

En la Argentina, el Estado ya ha autorizado para la comercialización cuatro cultivos transgénicos: un maíz resistente a insectos, un maíz y un tipo de soja resistentes a herbicidas y algodón que se defiende de los insectos.

Pero este tipo de cultivo ha despertado oposición en grupos ecologistas y de consumidores, reunidos en la Red de Alerta contra los Transgénicos, que opinan que los alimentos derivados de cultivos transgénicos no son seguros para la salud humana y que conllevan riesgos ambientales. Las nueve entidades han reclamado desde el año pasado que se pongan etiquetados diferenciadores sobre los productos transgénicos.