" Las tres grandes incógnitas del conocimiento son el origen del universo, el origen de la vida y la mente humana"






viernes, 13 de enero de 2012

Biotecnología y medicina

Más cerca de poder frenar el Alzheimer

Un equipo de investigadores, liderado por el Dr. Dave R. Schubert, del Instituto Salk de Estados Unidos, junto con el Instituto de Investigación Scripps, ha encontrado un nuevo compuesto químico, J147, que podría ser utilizado en un futuro en el tratamiento del Alzheimer, dados los resultados prometedores obtenidos hasta ahora en ratones, según lo publicado en la revista PLoS ONE.
El Alzheimer, cuyos síntomas fueron descritos por Emil Kraepelin a principios del siglo XX, es un síndrome caracterizado por Alois Alzheimer en 1906, y en el que destacan la pérdida progresiva de memoria y otras capacidades mentales, al mismo tiempo que las neuronas mueren y diferentes partes del cerebro se van atrofiando lentamente. Las causas de esta enfermedad no han sido dilucidadas todavía, se cree que se debe a una mezcla de complejos factores genéticos y medioambientales, en los que podría afectar también el estilo de vida de cada individuo.
En Estados Unidos, esta enfermedad afecta a más de cinco millones de personas, aunque la Asociación americana de Alzheimer estima que en 2050, habrá más de dieciséis millones de individuos con este síndrome. Los gastos en el sistema sanitario norteamericano ascienden a más de un trillón de dólares por año.
Tradicionalmente, la industria farmacéutica se había centrado en la búsqueda de fármacos relacionados con las rutas biológicas de formación de placas seniles (depósitos de la proteína B-amiloide), para el tratamiento de esta enfermedad. Gracias a esas investigaciones, hoy existen fármacos como Aricept, Razadyne o Exelon.
Schubert y sus colaboradores trabajaron a partir de cultivos celulares para examinar la capacidad de diversos compuestos sintéticos en la protección de células neuronales frente a diversos daños ocasionados por el envejecimientos. Gracias a sus investigaciones, consiguieron llegar a un compuesto candidato, efectivo originalmente frente a daños celulares causados por traumatismos, pero que dada su estructura química, podría resultar más interesante para el tratamiento de otras enfermedades a nivel neuronal.
Por este motivo, decidieron seguir trabajando en los estudios preclínicos de este compuesto, administrándolo vía oral a ratones y ratas. Por una parte, en animales sanos, el compuesto parecía mejorar la memoria, tras la realización de una serie de exámenes de comportamiento. Por otra, al administrar el fármaco en animales con Alzheimer, se estimulaba la formación de factor neurotrófico derivado de cerebro (o "BDNF" por sus siglas en inglés). Esta molécula protege a las neuronas de posibles efectos tóxicos, además estimula el crecimiento y formación de nuevas conexiones sinápticas, favoreciendo la mejora de la memoria.
Debido a los resultados prometedores en preclínica, los investigadores afirman que podría ser un buen compuesto candidato para el tratamiento no sólo de Alzheimer, sino también de otros desórdenes, como el síndrome de Huntington, el Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica. Aún queda mucho tiempo para que este compuesto pudiera ser utilizado de forma terapéutica, pero sin duda, esta investigación abre un nuevo camino en el tratamiento farmacológico de este tipo de enfermedades.

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